Sus inicios se relacionan con el surgimiento de la “Música Chicha”, la aparición de este género fue la fusión de huayno, salsa, merengue y boleros, hasta llegar al denominado género Chicha. El intercambio cultural que se dio en cierta época en nuestra capital por la migración de un gran número de provincianos, causo un impacto cultural y división de los estratos sociales, cayendo en la discriminación de este género junto con el público que lo escuchaba.

A caso no hemos escuchado alguna vez las palabras “No te coles chochera” o “No te me achores”, este tipo de vocabulario lo asociamos directamente a gente de bajo nivel cultural y si es posible lo relacionamos con un tipo de estrato social totalmente ajeno al nuestro. ¿Y cuál es el otro estrato social? ¿Quiénes los conforman?, según el Antropólogo Denegregi dice:

"La chicha permite la cohesión grupal de esa inmensa masa de migrantes andinos, articulados cada vez más estrechamente a aquellos que no migraron, o regresaron, o se aprestan recién a migrar (…) la chicha es cada vez más el remate final y multitudinario de infinidad de fiestas andinas, folklóricas y patronales en sierra, selva y costa (…) el público criollo, limeño, ha desertado del vals criollo por la "salsa" como ritmo favorito de las fiestas , pero incluso ésta es derrotada ampliamente por los huaynos y la chicha, que llenan coliseos y desbordan estadios…"

La cultura chicha debe incluir música particular, modos distintos de expresión verbal o jerga, producción editorial, estilo arquitectónico, la "chicha" peruana merecería ser titulada una cultura, o "subcultura" que ha crecido al lado de las populares tradicionales y de las importadas del norte.